Ya te has hecho vieja, pasión de mis veinte años;
mi mundo eran tus ojos, tus dos ojos castaños.
¡Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años¡
Sin ti, sólo vacío; sin ti, todo ansiedad;
de todas mis pasiones, la Santa Trinidad.
¡Que tarde siempre llega la cruel eternidad!
Sin ti, cuánto he sentido la miseria de todo;
sin tus ojos, sin tu boca, sin aquel que era tu modo
a tu lado, todo cielo; nada, lodo.
Ahora, ya vieja, pasión de mis veinte años,
¿quién se ve ahora en tus ojos, en tus dos ojos castaños?
¡Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años!
Max Jiménez
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