Aquí estoy en mi patria bien arado
en mi trópico azul – raíz y piedra –.
Con estacas de nube entre mis manos
y silencios de mar entre la frontera.
Aquí hundido ente mi tierra
más cerca de la caña que del lago.
Hay un viento de angustia en mi bandera
y una dulce tristeza por el barro.
Aquí estoy a la par de mi contraste
- libro, choza, jardines y miseria -
Guadalquivir y Térraba mi sangre
y una pasión a caminar abierta.
Aquí estoy de otros ecos que me llegan
con Daríos, Nerudas y Vallejos.
¡Tanto brillo detrás de tanta espuela!
¡Tanta brisa detrás de tanto cielo!
Aquí estoy en letargo como palma
que se mece desnuda entre la noche.
A la orilla de un puerto la esperanza.
A la orilla del fuego todo hombre.
Aquí estoy con jilgueros y con cedros,
con descalzos chiquillos en la escuela.
- Con nada que perder que nada tengo -
- Con nada que pedir que todo es siembra -
Aquí estoy escondido entre maracas,
oyendo del maíz su sol inmenso.
Hay colores, sudor, sones y esteras
y este verde metal piernas adentro.
Aquí estoy como espuma, queja, halago.
Con esta tropical luna de guaria.
Metafísico surco del arado.
Jubiloso paral de la montaña.
Mario Picado
El mejor poeta tico en tres generaciones. Este poema explica claramente su origen bastardo y mestizo, como el de 90% de los ticos. No menciona tampoco el lado eslavo de la familia por respeto a su abuela Michalski, madre de don Teodoro. Evoca la nostalgia por un mundo perdido que los ticos de hoy no conocieron, o han olviado.
ResponderEliminar