Este es mi amor, hermanos, este esfuerzo
denso, maduro, alto,
estos dedos agónicos y este
manojo de entusiasmo.
Yo no os amo dormidos:
Yo os amo combatiendo y trabajando,
haciendo hachas deicidas,
libertando.
Amo lo que de dioses se os revela
ante el miedo y el látigo,
lo que suda, viviente y guerrillero,
en el fondo del hueso americano,
lo que es amor no siendo más que carne,
lo que es lucha no siendo más que paso,
lo que es fuego no siendo más que grito,
lo que es hombre no siendo más que árbol.
Jorge Debravo
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