jueves, 28 de abril de 2016

Posmodernidad

¿Para qué luchar en contra de esos mazos a la salud y a la educación?
Me interesa el bien común, pero antes de eso el bien común de los míos.
Y si lucho,
 mis luchas son precisamente eso: mías.

El único cierre de vías admisible es el de mí celebración.

Usted no es mi contemporáneo, ni mi colega, ni mi amigo
entonces lárguese de mi espacio.
Él es el reflejo de mi individualidad colectiva.
Aunque tolero su permanencia allí.

Soy un ser humanista y siempre respondo lo políticamente correcto.

Pretender  cambiar el mundo es puro idealismo, puro romanticismo,
mejor me aíslo de la realidad:
es mejor sobrellevar el statu quo que pretender transformarlo.
El escepticismo es mi apellido.

Todo es utopía.

El amor es un poema de Jacques Sagot.
Me refugio en la Universidad, ella ha sabido mutar para comprenderme muy bien.
También me refugio en las drogas, en mi búsqueda de intensidades fuertes.

¡Me encanta el arte! Andy Warhol era un genio, ni Damien Hirst lo supera.
El kitsch  es arte.

En fin… nada absolutamente nada

puede detener el Fin de la Historia.

Marco Garita Mondragón

Nicaragua

¿Quién dijo que no soy tu hermano menor?
Tú me viste caminar y caer
al calor del invasor.
Tú fuiste mi guía.

Pero crecí,
y tú eras Tierra:
ante los gritos del montón
implorando, al Sol.

Y yo soy Marte, apenas,
sedienta de tus botas en el monte.

Pero eras Marte,
Marte que emigró a Mercurio,
y se quemó.

Y yo soy Tierra que ansía viajar al límite.
Ayudémonos,
somos hermanos,
hagamos una revolución.


Marco Garita Mondragón

Me has enseñado que puedo vivir

Este es un beso
que he esperado casi cien años.
Un beso hermoso: rico.

Soy Lucifer o Lilith,
como quieras.
Soy un inconforme,
un hijo bastardo.

Este es un beso
que he esperado casi cien años,
un beso palestino:
de Mohamed o Sara.
Un beso rico.

Gracias Palestina,
nos has enseñado lucha.
me has enseñado que puedo luchar,
me has enseñado que puedo vivir.


Y quiero vivir.

Marco Garita Mondragón

Gritos revolucionarios

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh,
Es el grito de un prejuicio decapitado.
-¡Muerte para todos!-
Sentencia el hombre.

Inversión de los valores proclamaba Nietzsche,
la muerte del débil por el fuerte: la muerte del cristianismo.
¡Qué carajos!
-¡Muerte para todos!-
Sentencia el hombre.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh.

¿Un poema? ¿Un verso?
No, idealista.
Nada de eso llevará pan a cualquier mesa.
Nada de eso hará la existencia humana menos pesada.
Aristóteles ya lo dijo: la poesía es el debería de la vida.
Un verdadero poeta escribe versos mazos.
Y
un verdadero filósofo no sólo piensa:
¿Para qué sirve pensar el mundo sin pretender transformarlo?

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh,
El liberalismo es desgarrado.
Sus pellejos arden en la hoguera,
Sus ideas son fusiladas, son masacradas, son descuartizadas:
El liberalismo cae, la libertad se eleva.
El pueblo danza alrededor de sus restos harapientos.

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh,
¡El capitalismo no es el fin de la historia!
La historia acabará con el hombre,
Hombre garras, que desgarra su propia realidad.

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh,
Es la muerte de todas las instituciones, es la muerte de la familia
ante el grito del hijo bastardo.

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh,
Es como y yo gritamos.

Marco Garita Mondragón 

En busca de poesía

Los poemas deben de estar por allí.
Hay que buscarlos
detrás de los bancos,
debajo de Wallmart.

¿Quién sabe que los encuentre
en el teatro o en el centro cultural?

Sé que no están en las aulas.

Los poemas deben de estar por allí,
en la calle, en el mercado,
en la fábrica, en la casa,
en la esquina del INS,
en el cartón del indigente defecado
(cerca de las paradas de Platanares).

Los poemas deben de estar por allí,
pero en el pretil están sus contrarios,
en la Plaza de la Cultura sus farsantes
y en las librerías sus carceleros.

Los poemas deben de estar por allí,
en la naturaleza, en las muelas
que mastican el maíz y
en las manos que venden
aguacates en Avenida Cuatro.

El poema es un trabajador,
una agricultora, el poema
es un muerto sin techo. El poema es
un indio de Pedrarias Dávila.

El poema es Lempira muerto.
El poema es Lumumba muerto.
El poema es Vanzetti muerto.
El poema es Allende muerto.
El poema son las Trece Rosas muertas.


El poema es un machete en la zafra. 

Marco Garita Mondragón

Cicua

Apenas un par de soles han marcado el cielo
cuando río y mar se unieron.
Un delta, formado por bestias y hombres, roble y acero,
se vino al mundo como un parto.
Y nací,
tal como un clis.
Busqué refugio en la lluvia y sólo hallé fango
y la sal,
secó todo como a una babosa.
Pero no morí.
Vi muchas cabezas de agua
terminadas en un puñado de  grietas,
vi la sal descompuesta
en himnos y banderas.
Y no hay pátina, y no hay casa donde buscar:
sólo un delta.
Soy agua de delta,
mas translucida:
olvidada.

Entonces quién soy.

Marco Garita Mondragón 

lunes, 25 de abril de 2016

Una breve síntesis de la humanidad

Y de pronto el infinito se encendió en mis manos
creando coronas y mesías, versos y melancolía,
haciendo de lo in-material una respuesta a lo natural.

Como-un-relámpago-universal,
el infinito se volvió etéreo
                   Y
distorsionó el género:
nuestras manos se volvieron ajenas.

Y
I
HI
todo se volvió confuso:
me busco en el cielo i no me hallo en el espejo.
me busco en la cosa hy la cosa me hace cosa.

Hi de pronto mis manos se encendieron en el infinito
y como soy finito
off
hy el infinito me traga;
i el infinito canta
i el infinito besa
i el infinito come
i el infinito baila
i el infinito coje

i el infinito es.

Marco Garita Mondragón

Tormenta

Al pueblo palestino
He allí la lluvia divina de Dios,
he allí la lluvia divina de su pueblo:
maná que cae del cielo.

He allí la lluvia divina, que inunda el rostro de los niños.
Tormenta eléctrica, aguacero desde el cielo oscuro,
iluminado por estrellas y planetas, radiantes luces,
oscurecidas por los relámpagos tormentosos.

He allí la lluvia divina de Dios,
Dios de los ejércitos, Dios del trueno,
Dios de la lluvia que inunda al pueblo.
He allí la lluvia divina de Dios,
que cae gota a gota, ahogando hombres y mujeres:
es el diluvio de Dios.

He allí la lluvia divina de Dios,
la lluvia que arranca brazos que araban la tierra,
la lluvia que arranca piernas que caminaban a la escuela,
la lluvia que arranca labios que besaban a los hijos,
la lluvia divina que sacrifica al pueblo.

He allí la lluvia divina de Dios,
lluvia árida, lluvia polvo, lluvia muerte
que le arranca el retoño a la mujer.
Tormenta que deja sangre en la Franja.
Tormenta que cae con toda la fuerza del ácido:
lágrimas agrias que malogran la tierra.

He allí la lluvia divina de Dios,
lluvia en Acre, lluvia en Deir Yassin, lluvia en Qibya, lluvia en Kafr Qassem, lluvia en Sabra,
lluvia en Shatilla, lluvia en Jenin: tormenta de más de medio siglo.

Aguacero y rocío combaten, grandes y gordas gotas contra un leve sereno.
Es el agua de Dios.
Agua salada de Mediterráneo, agua de muerte.
Tormenta en Gaza, templado en Netanya.


Marco Garita Mondragón

Familia – escuela – colegio – universidad – trabajo

Los pasos son iguales en este camino de tediosidad,
uno, dos, tres pasos… idénticos:
tú y yo iguales, como abejas
que pican y mueren al contacto del mundo.
Tú mueres al callar,
yo me excito y voy al cielo y muero una, dos, tres veces… ¡todas distintas!
Él muere cada vez que deja de cantar,
ella muere con un verso no escrito,
pero
los pasos son iguales en este camino de tediosidad
a pesar de tanta muerte
a pesar de tanto muerto
los pasos son genéricos hasta el infinito.
Infinitamente castrados de la misma forma
infinitamente aplastados de la misma forma
infinitamente creados de la misma forma
Y no somos iguales:

¡somos humanos!

Marco Garita Mondragón

Jaguar

Un cuerpo rueda en el monte garrado por mil zarpazos.          
Ocelotl lo ha atrapado, sólo espera a la lluvia y al viento.
La daga está afilada, y la cabeza en su sitio:
la sangre circula y baña la tierra.

El maíz baila en forma de arado,
la tierra ya no es árida ni barro.
El sol brilla, frutos nacen,
el eclipse ha cesado.

Estrépitos de Cuetzpalin, Coatl, Cipactli y Cozcaquauhtli
devoran el tronco del muerto.
¡Monte! Verde como el beso de ayer,
se sacude el piojo.
Tlatelcutlé vuelve a devorar el mundo.

Ocelotl interroga su cabeza,
es hora de sonar los caracoles y cantarle a los muertos,
como ellos lo hicieron a los de allende.

Se escucha un estruendo, desde las raíces del bosque.

Chichas de otrora:
maíz y pejibaye, fermentados.
Gritos, máscaras y colores inundan la tierra emergida
con toda la fuerza, en sus harapos.

Y la noche no acaba hasta que la última cabeza sea cortada.

Ocelotl devora los corazones de los caídos
y se los guarda junto al suyo.
Los árboles siempre los recordaran,
las aves volarán a todos los pueblos, y dirán:

“Viva el cacao derramado, por siempre”.

Marco Garita Mondragón

Cántico toollatiano

Lateralus
Desdoblamiento de los cilindros
rebotando el uno sobre el otro.
Los dos siendo uno en un golpe.
¡Se acelera!
Y me acaba en un golpe continuo del cráneo a mi quijada.
¡Qué reventada de parietal izquierdo!
Destrozado de un lado, con la mandíbula rota,
escalofríos de tanto tormento me hacen una espiral
que absorbe, tal cual agujero negro
Y me susurra…

Forty six and 2
Lluvia de oscuridad,
moscos, en camino del raspador
de pasividad
a un vibrador extremo que te envuelve
y explota
hasta morir.

Third eye
Estas en un viaje continuo,
eres el actor principal del viaje:
¡me están drenando el cerebro!
Y caigo en un sitio agradable
para despertar violentamente.

Marco Garita Mondragón

120 días de sodomía en la UCR

Estaba pensando en la Facultad de Ciencias Económicas,
mientras me tiraba una peli en el canal 42.
Era una versión del Marqués de Sade, con todo y máquinas violadoras,
heces, y mucha, pero mucha sodomía.
Era sobre unos jóvenes que relativizaban todo, a tal punto
que no se sabía si era el instrumento fálico el que penetraba al ano,
o era el ano, en una inspiración divina, que buscaba introducirse en el falo.
Es lo bonito del placer, hay muchos medios para obtenerlo y no voy a criticar
la imaginación del ser humano en la búsqueda de un orgasmo.
Lo cierto es que esos jóvenes gemían y gritaban pidiendo más.
-Métala, métala, no me la saque-
-Oh my god-
Fue en ese momento de oración, donde apareció el mae pelón de Brazzer.
(Aquel mae que aparece en todas las porno).
Pero no era ese mae pelón, más bien se parecía más a Lizano o a Rodríguez,
lo digo porque tenía unos libros de finanzas y economía enrollados
con toda la intención de participar en el juego sexual de los jóvenes.
Y estaba tan excitado que les permitió a los jóvenes sacarle copias a los libros.
-Eso sí, con la condición de meterlos sin lubricante-
Después de los desgarres de ano, los jóvenes se fueron
al Steinvorth, pero estaba cerrado. Entonces jalaron para Luxe
(pasando antes por Rapsodia). Había un evento, incluso invitaron
a unos miembros de Derecho (ya que esos maes son unos expertos
en temas relacionados con la sodomía).
¿Nunca han visto el grosor del Código Civil?
Imaginen el fiestón que se pegaron, con todo y birras, hasta
apareció un litrón de Centenario bien usado.
Lo cierto es que no todos los miembros de estas estimables facultades
les cuadra la vara de la orgía académica.  Uno que otro se enoja con alguien por
metérsela muy duro y entonces jala.
Pero quedan perdidos en la generalidad.
Otro día se toparon con unos maes de Sociales, como esos del PT.
Y éstos, con todo y banderas se abrieron de piernas, en una pose
tan deliciosa como la de cuatro patas.
Y tome chichi, una cogida con rostro humano.
En ese rato, ya me la había masturbado como tres veces.
Hasta me empezó a dar curiosidad por la vara,
y me empecé a meter el dedo en el culo.
Era un poco incómodo, pero con el rato me acostumbré.
Me imaginé la “Economía en el trópico” y los “Fundamentos de Finanzas Corporativas”,
También a Monestel chupándosela a Henning.
-Que sabroso nos cojen a todos-,
Gritaba un joven de la peli.
En ese momento pensé, bueno intente pensar, porque tenía las manos
muy ocupadas.
-El MEP siempre nos cogió bien rico, desde el kínder nos tiene a cuatro patas. Pero ahora
sí nos cogen de una manera tan sabrosa. Hasta siendo “críticos” nos cojen-.
Cuando iba por la palabra cojen, me había regado, imaginen con
que sabor salió ese pensamiento.
Me limpie el esperma en la camisa de la asociación de estudiantes.
Y me empecé a dormir (ya había terminado la peli, sucedió que toda la historia era imaginada
por una anciana que decidió reivindicarse y mandar al carajo la puta moral. De hecho no era una
peli, era un documental de History Channel).
Me empecé a dormir, preparando mi lindo ano,
porque mañana hay clases, y tengo un quiz de valoración del dinero en el tiempo.
Mañana sentiré la penetración académica, sin saber que provoca anemia intelectual.

Marco Garita Mondragón

Le grito libertad a la libertad

Grito libertad con las cadenas de libertad puestas,
Enrolladas en mi cuello de obrero
Que inundan de voz al ecosistema fabril,
Pidiendo un eco.
Grito cuando la fábrica
Le roba lo humano, al ser.
Como si el principal producto de la empresa
Fuera, la porquería humana a granel.
Vuelvo a gritar por cada víctima de la economía:
El desempleado, y la misma
Clase entera, alienada, y aplastada
Por unas monedas de plusvalía.
Grito en contra de la academia.
Devoradora de pasión, arte e imaginación,
Que deja al estudiante tan muerto
Como el libro de texto.
Grito ante el cura
Que pretende meter sus biblias y rosarios
En nuestros sexos y mentes,
Reduciéndolos a castidad y moral.
Le grito al Estado que deje de existir,
Que el político demagogo muera con él.
Que las patrias agonicen
Y  la libertad muera.

Marco Garita Mondragón

Saturno devorándome

Mi faena subyace ante el desabollamiento celestial,
siendo yo madre del cielo  
en un clis de progreso y revolución.

¡Oh Saturno! Me devoras tal cual, cosecha
de hombres en tierra gris.
Estoy sangrando en tus manos
¡Oh padre celestial!

Cada bocado es un ladrillo al éter.
Cada descuartizado es tu abono
desfigurando tu faz divina
¡Oh padre celestial!

El cielo es muy oscuro: quiero infierno
donde no impere mi faena,
siendo tus restos,
 ¡Oh Saturno!
alimento de mi obra.

Mi faena yace ante el abollamiento celestial,
siendo yo madre del infierno
en un clis de progreso y revolución.

¡Oh Saturno! El hombre crea a Dios.
¡Oh Saturno! Dios devora al hombre.
¡Oh Saturno! Dios cae ante el hombre.

Marco Garita Mondragón

Verso al olvido

A
la
ida
tosca,
el páramo
florece en vena.
Ayeres enraizados en loa,
sepultan  la flor, como en una espuma vieja.


Marco Garita Mondragón

Miseria en construcción

Que cansado es ver como se construyen grandes edificios de cien pisos
y ver cómo suben al cielo.
Llegan a tocar las nubes con sus estructuras de acero y concreto
y de vez en cuando se puede ver un obrero martillando, casi volando.

Incluso cientos de personas se reúnen en torno al nuevo edificio en construcción.
No quieren perderse el espectáculo del nuevo símbolo de la ciudad,
y hasta llevan sándwiches y galletas.
Mientras tanto el edificio sigue madurando y creciendo.

Otros se llevan unas pachas de Fandango, un paquete de Derby duro
y unas bolsitas de polvo blanco.
Se apretan y se travesean un buen rato,
luego se van y se echan un par de polvos.

Se le cae una galleta a Carlitos,
y la mamá grita desesperada -cochino, asqueroso-,
cuando la rejunta de la acera y se la mete a la boca.
Lo cierto es que se la saca a punta de coscorrones.

El marido no dejaba de criticar a los jóvenes con una sarna de moral.
Lo cierto es que tenía unas ganas de llevar a una muchacha
a las entrañas del edificio en construcción y ¡zaz!.
Ni cuenta se daba de los martillazos del cielo.

El Jhonny Araya se tiraba un pedo, cuando su caravana
le daba vuelta al edificio. Lo hizo pensando
en el pueblo, y viendo al indigente
que ensucia la estructura con sus cartones y harapos.

El sacerdote se masturba en la capilla, imaginando
a dos monjas lesbianas seduciendo a un caballo.
Lo hacía después de darle la hostia
al papá de Carlitos.

El economista se arranca las células muertas
y el pellejo de sus testículos
encima de las estadísticas de pobreza,
en el Club, en frente del nuevo edificio.

El rector vende la universidad al edificio más alto,
mientras la gente de Pearson® y Cengage Learning®
se toman un whisky con la beca de los estudiantes,
¡Becas para las editoriales!

La señora le vende empanadas y fresco de frutas
a la mamá de Carlitos.
-Qué carajo, se acabaron las galletas-
-Qué carajo, viene los tombos de la muni-

Y el edificio crece, más martillos, más cemento, más clavos,
más obreros, menos salarios, más turistas.
Y los obreros siguen casi volando, allá en las nubes,
esperando terminar la obra más grande jamás construida en el país.

Cuando se terminó de poner la última celosía al edificio,
los turistas abandonaron su picnic urbano y se
escondieron en el sótano de la obra.
El gerente cerró la puerta y nunca más se supo de Carlitos.

Marco Garita Mondragón

hUMANO – Humano

Humano

Solo solos solos solos solos solos
SOLOS.
Mieeeeeeeeeeeeeer;
Solo
No encuentro nada NADA

Humano 2.0

NADA

Humano 3.0

NADA

Humano 4.0

NADA

hUMANO 1.0

Solo solos solos solos solos solos
SOLOS.
Mieeeeeeeeeeeeeer;
Solo
No encuentro nada NADA

Marco Garita Mondragón