Grito libertad con las cadenas de libertad puestas,
Enrolladas en mi cuello de obrero
Que inundan de voz al ecosistema fabril,
Pidiendo un eco.
Grito cuando la fábrica
Le roba lo humano, al ser.
Como si el principal producto de la empresa
Fuera, la porquería humana a granel.
Vuelvo a gritar por cada víctima de la economía:
El desempleado, y la misma
Clase entera, alienada, y aplastada
Por unas monedas de plusvalía.
Grito en contra de la academia.
Devoradora de pasión, arte e imaginación,
Que deja al estudiante tan muerto
Como el libro de texto.
Grito ante el cura
Que pretende meter sus biblias y rosarios
En nuestros sexos y mentes,
Reduciéndolos a castidad y moral.
Le grito al Estado que deje de existir,
Que el político demagogo muera con él.
Que las patrias agonicen
Y la libertad muera.
Marco Garita Mondragón
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