Mi faena subyace ante el desabollamiento celestial,
siendo yo madre del cielo
en un clis de progreso y revolución.
¡Oh Saturno! Me devoras tal cual, cosecha
de hombres en tierra gris.
Estoy sangrando en tus manos
¡Oh padre celestial!
Cada bocado es un ladrillo al éter.
Cada descuartizado es tu abono
desfigurando tu faz divina
¡Oh padre celestial!
El cielo es muy oscuro: quiero infierno
donde no impere mi faena,
siendo tus restos,
¡Oh Saturno!
alimento de mi obra.
Mi faena yace ante el abollamiento celestial,
siendo yo madre del infierno
en un clis de progreso y revolución.
¡Oh Saturno! El hombre crea a Dios.
¡Oh Saturno! Dios devora al hombre.
¡Oh Saturno! Dios cae ante el hombre.
Marco Garita Mondragón
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