Los poemas deben de estar por allí.
Hay que buscarlos
detrás de los bancos,
debajo de Wallmart.
¿Quién sabe que los encuentre
en el teatro o en el centro cultural?
Sé que no están en las aulas.
Los poemas deben de estar por allí,
en la calle, en el mercado,
en la fábrica, en la casa,
en la esquina del INS,
en el cartón del indigente defecado
(cerca de las paradas de Platanares).
Los poemas deben de estar por allí,
pero en el pretil están sus contrarios,
en la Plaza de la Cultura sus farsantes
y en las librerías sus carceleros.
Los poemas deben de estar por allí,
en la naturaleza, en las muelas
que mastican el maíz y
en las manos que venden
aguacates en Avenida Cuatro.
El poema es un trabajador,
una agricultora, el poema
es un muerto sin techo. El poema es
un indio de Pedrarias Dávila.
El poema es Lempira muerto.
El poema es Lumumba muerto.
El poema es Vanzetti muerto.
El poema es Allende muerto.
El poema son las Trece Rosas muertas.
El poema es un machete en la zafra.
Marco Garita Mondragón
No hay comentarios:
Publicar un comentario