miércoles, 27 de febrero de 2013

Me encanta Dios


Me encanta Dios, es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le
gusta jugar y juega, y
a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta
definitivamente. Pero esto
sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o
Mahoma, o mi tía Chofi,
para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le
preocupa mucho: nos conoce.
Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga
a la pequeña, que el
hombre de traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la
vida - no tú ni yo - la
vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿que
importa si el universo se
expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para
agencias de viajes.

A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye
bien el tránsito en el
camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día
descubrí que ha hecho
-frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos
de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y
cuando pasa por encima de
nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas,
caudales de fuego,
vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es
mentira. Es la tierra que
cambia- y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis
padres, el escogido de mis
hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer mas amada, el perrito
y la pulga, la piedra mas
antigua, el pétalo mas tierno, el aroma más dulce, la noche insondable,
el borboteo de luz, el
manantial que soy.

A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
Jaime Sabines

martes, 26 de febrero de 2013

Nocturno


Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.

La lluvia sobre el cinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.

Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.
Alvaro Mutis

Amor mío, mi amor...


Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.

Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.

Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,

voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
Jaime Sabines

lunes, 25 de febrero de 2013

Guante perdido con erecciones


Leo cansado en un suplemento del domingo
a un poeta oficial
de un poeta oficial se dice cuando ronca o eructa
“es lírico” bueno el hombre escribió sobre un guante
extraviado abandonado dejado sin mano
un guante negro de mujer pero esto no quiere decir nada
pudo ser un shemale un travesti un perro una foca
¿ustedes han visto girasoles con guantes?
no pues los extravían
el guante nunca es de mujer sino de quien lo usa
el hombre escribió sobre el guante de mujer
negro
lo usó como punto de apoyo para decir desde mi cuarto
ventana (yo) veo caer los días                                                                                                                    la noche
el guante disimula el puño
y los parados desempleados sin casa duermen de pie.
O sea el guante de mujer era una excusa
el poeta ventana mirada
dice llamarse Charles Simic recibió un Guggenheim
y un MacArthur y el National Endowment for Arts
son premios entregados a poetas oficiales
por observar a los miserables sin casa
se les aplaude con mesura en veladas soberbias aunque alguien chille
normalmente es allí cuando los guantes de mujer o escualo                                                                         se extravían
y algún calzoncillo mojado de libélula viuda aparece en el excusado
pero éste es otro cuento. Aquí nadie desea recibir un MacArthur
y no se observa a ningún desempleado latinoamericano durmiendo de pie.
Helio Gallardo

Yo no sabría decirte


Yo no sabría decirte por qué amo
A todos los niños muertos,
A todos los ancianos
Y a todos los enfermos.

Puede ser que mi alma sea tan blanda
Que me la curve el viento.
Puede ser que yo escuche
La soledad de los que están muriendo.

Yo amo simplemente, hermana mía,
Como si amar fuera mi oficio eterno.
En este mismo instante yo te amo.

Amo tu voz, tu amor, tu pelo,
Y sin embargo no sabría decirte
Por qué llevo tu rostro
Calado entre mis huesos.

Yo amo simplemente, hermana mía,
Como si amar fuera mi oficio eterno.
Jorge Debravo


domingo, 24 de febrero de 2013

Lo fatal

 

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésa ya no se siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

 

Ser, y no ser nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror…

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombre y por

 

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,

ni de dónde venimos!…

Rubén Darío

sábado, 23 de febrero de 2013

Silogismos de ausencia


Si tu silencio me muerde la alegría,
escribo.

Si no hay música que llene tus ausencias,
escribo.

Si añoro la quemadura de tus manos
sobre mis playas húmedas,
escribo.

Si cuando te nombro me recorre la espalda
una fila de besos emigrantes,
escribo.

Si en tus labios borrados adivino
la única fuente que me mata de sed,
escribo.

Si el vacío de tu voz transforma mis silencios
en tambores ausentes y enervantes,
escribo.

Si toda mi piel grita de soledad y miedo
para ahuyentar la soledad invasora,
escribo.

¡Cuánta poesía entretejen
tu ausencia y mi dolor!
Julieta Dobles Yzaguirre

Este es mi amor

 

Este es mi amor, hermanos, este esfuerzo
denso, maduro, alto,
estos dedos agónicos y este
manojo de entusiasmo.


Yo no os amo dormidos:
Yo os amo combatiendo y trabajando,
haciendo hachas deicidas,
libertando.


Amo lo que de dioses se os revela
ante el miedo y el látigo,
lo que suda, viviente y guerrillero,
en el fondo del hueso americano,
lo que es amor no siendo más que carne,
lo que es lucha no siendo más que paso,
lo que es fuego no siendo más que grito,
lo que es hombre no siendo más que árbol.

Jorge Debravo

La poesía


Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma…
Aventad las palabras…
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.

¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?…
Aún tendremos
el brillo y el aroma.
León Felipe

Intensidad y altura


Quiero escribir, pero me sale espuma,
quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita, sin cogollo.

Quiero escribir, pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.

Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.

Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
Vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.
César Vallejo



¿Qué se ama cuando se ama?


¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
Gonzalo Rojas Pizarro

Corazón coraza

 

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti

Despecho


¡Ah, qué estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.

Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.

¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...
Juana de Ibarbourou

viernes, 22 de febrero de 2013

En legítima defensa


Gracias a ti
la poesía continúa amenazante
el viejo bardo se inclina
pero resiste

pobre más bien de ti
que una vez rescatada
no supiste aclimatarte a lo inesperado
y regresas
a coquetear con las uñas y el corazón
a esos cómodos territorios sin horizonte
y de nuevo odias el hedor de la luz
y ese perpetuo descubrimiento
de cosas bellas e inútiles
con que la poesía restaura su pureza

allá tú
que prefieres estudiar derecho
ponerte el traje de los finos delincuentes
y vivir en medio de la cuchicheante veleidad
más allá de ti
el poeta crece
usurpa al desaliento la suerte
para farfullar inmenso su herida

en medio de todo
como un niño se vuelve de nuevo invulnerable.
Osvaldo Sauma

Soñando al amado


Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión, por quien alegre muero,
dulce ficción, por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
Sor Juana Inés de la Cruz

La tristeza


La tristeza es el alma de los hombres.
Ni tú ni yo
jugaremos con su recuerdo
pero el canto de su duda
provocará una mueca en los otros.
María Montero

Te quiero


Te quiero por estar a mi lado.
Te quiero por estar en mi pensamiento.
Te quiero por estar en mi vida.
¿Cómo no quererte?
Si te doy, todas mis noches,
mis sueños, mis días,
mis versos y hasta mi cuerpo.

Te quiero por toda la magia,
que te enaltece.
Te quiero por el paradigma,
que representa tu ser.

Extiendo mi mano franca,
a la verdad sincera,
y abrazo,
la emoción eterna e imperecedera,
de consagrar y bendecir…
este ¡TE QUIERO¡
Porfirio Quesada Gattjens

Divagaciones desoladas

 

Poetas y crucificados

Banqueros y agiotistas

Consignas, postulados, proclamas (¿para qué?)

Guerra o revolución o guerra y revolución (¿contra quién?)

 

Derrota…

Exilio, muerte, vacío (¿huir?)

Sinonimias, antonimias, homonimias

Marxismo – leninismo o machismo – leninismo

 

Paradojas, contradicciones

Preguntas, preguntas y más preguntas (¿y los muertos?)

Preguntas sin respuesta (¿vida después…?)

Nihilismo presente, ausente

 

Dudas metódicas sin Descartes, escepticismo, eclecticismo

Vanas esperanzas (¡que venga Lula!)

Reaccionarismo y progresismo (¿Cacif?)

Juicios sintéticos a priori

Gerardi esperando justicia

 

Nietzsche y el nihilismo

Yo, mi nihilismo

Nietzsche y yo abatido

Otra vez el vacío, el nihilismo, la nada

 

Fortuna e infortunio

Balbuceos y gemidos (feto abandonado)

Luces o sombras

Letras, letras y palabras (paja)

 

Literatura, subliteratura y géneros literarios.

Lírica o epopeya. Lirismo épico o drama histórico.

Heterodoxos y ortodoxos.

Monterroso o Juan Carlos Lemus

 

La República de Platón o la república de las balas

Las cartas desde mi encierro o las cartas amorfas

Retórica literaria con formas, sin ellas

Formas simétricas o asimétricas

 

Circunstancias de espacio y circunstancias adversas

El Columbia en el espacio y Otto René en el cementerio

Avances y retrocesos

Pasiones ocultas, envasadas al vacío

 

Oscuras entrañas

De nuevo con ellas (El General)

Preguntas sin respuesta (¿y Gerardi?)

Cuerpos sin sangre, vacíos

 

Ángeles caídos

Kurt Cobain tirado en la escalera del metro

De nuevo conmigo desentrañando mis entrañas

Vacías

 

Si pienso, existencia vacía

Si ignoro, existencia caduca (¡puta… qué hacer!)

Tantas divagaciones… pero me quedo con el pensamiento.

¡Mañana, será mañana…!

Rodrigo Pérez Nieves

Táctica y estrategia


Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con que pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Mario Benedetti

Fronteras


Aquí estoy en mi patria bien arado
en mi trópico azul – raíz y piedra –.
Con estacas de nube entre mis manos
y silencios de mar entre la frontera.

Aquí hundido ente mi tierra
más cerca de la caña que del lago.
Hay un viento de angustia en mi bandera
y una dulce tristeza por el barro.

Aquí estoy a la par de mi contraste
- libro, choza, jardines y miseria -
Guadalquivir y Térraba mi sangre
y una pasión a caminar abierta.

Aquí estoy de otros ecos que me llegan
con Daríos, Nerudas y Vallejos.
¡Tanto brillo detrás de tanta espuela!
¡Tanta brisa detrás de tanto cielo!

Aquí estoy en letargo como palma
que se mece desnuda entre la noche.
A la orilla de un puerto la esperanza.
A la orilla del fuego todo hombre.

Aquí estoy con jilgueros y con cedros,
con descalzos chiquillos en la escuela.
- Con nada que perder que nada tengo -
- Con nada que pedir que todo es siembra -

Aquí estoy escondido entre maracas,
oyendo del maíz su sol inmenso.
Hay colores, sudor, sones y esteras
y este verde metal piernas adentro.

Aquí estoy como espuma, queja, halago.
Con esta tropical luna de guaria.
Metafísico surco del arado.
Jubiloso paral de la montaña.
Mario Picado

jueves, 21 de febrero de 2013

El niño bueno


No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me
         muerda los pies,
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de
         estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal, opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.
Julio Cortázar

El mal del tiempo

 

Ya te has hecho vieja, pasión de mis veinte años;

mi mundo eran tus ojos, tus dos ojos castaños.

¡Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años¡

 

Sin ti, sólo vacío; sin ti, todo ansiedad;

de todas mis pasiones, la Santa Trinidad.

¡Que tarde siempre llega la cruel eternidad!

 

Sin ti, cuánto he sentido la miseria de todo;

sin tus ojos, sin tu boca, sin aquel que era tu modo

a tu lado, todo cielo; nada, lodo.

 

Ahora, ya vieja, pasión de mis veinte años,

¿quién se ve ahora en tus ojos, en tus dos ojos castaños?

¡Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años!

Max Jiménez

In Memoriam

 

A veces oigo la voz de mi padre rogándome que me aleje

de tanta corrupción, de tanta mierda.

A veces oigo su voz en el grito

y en el lamento de las tortugas en la playa

                                                    / … y veo

un surco en el cielo oscuro

por donde se filtra la luz blanca de la luna

Cientos de reptiles regados en la arena

agonizan por la siguiente generación

                                                    / … y lloran

por todos los hijos que van a morir.

¿Adónde van las lágrimas de las madres?

( las lágrimas por los muertos siempre van al mar ).

Levantan las cabezas en señal de súplica

a sus depredadores… los humanos

sus ojos se pierden en el infinito espacio.

Rodrigo Pérez Nieves

Prodigio

 

¡Hoy he encontrado a un hombre caminando!

Sin apoyarse en nadie, caminando.

Sin que hubiese camino, caminando,

como si no quisiese llegar tarde,

caminando.

 

Su mirada tenía forma de corazón

y adentro de sus ojos se veía

un mundo

caminando.

 

Aunque parezca absurdo e increíble

hoy he encontrado a un hombre caminando.

 

Sin mirar la distancia, caminando.

Sin pedir compañero, caminando.

Sin apoyarse en nadie, caminando.

Sin que hubiese camino, caminando.

Jorge Debravo

Hombre

 

Soy hombre, he nacido,

tengo piel y esperanza.

Yo exijo, por lo tanto,

que me dejen usarlas.

No soy dios: soy un hombre

(como decir un alga).

Pero exijo calor en mis raíces,

almuerzo en mis entrañas.

No pido eternidades

llenas de estrellas blancas.

Pido ternura, cena,

silencio, pan y casa…

Soy hombre, es decir,

animal con palabras.

Y exijo, por lo tanto,

que me dejen usarlas.

Jorge Debravo

Poema 20

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

 

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.

 

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo, Sentir que la he perdido.

 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como el pasto al rocío.

 

¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda

Poema 15

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

 

Como todas las cosas están llenas de mi alma,

emerges de las cosas llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.

 

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza.

Déjame que me calle con el silencio tuyo.

 

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

Profecía para una noche larga

 

Habrá una noche para todos.

Una noche en que quepamos todos

para el viaje.

 

Cada hombre tendrá el peso necesario

para marcar la noche con su huella,

y la voz de la noche

tendrá el grato calor de lo bebido,

y la paz sin regreso de lo amado.

 

El brazo como un nuevo bastón de peregrino

donde apoyar la oscuridad,

las rodillas tensadas, verticales,

bajo el peso de una fe que no puede

beberse lentamente en las iglesias.

 

De los que amamos será el amanecer

cuando el descanso

se pegue de las manos y las muerda,

cuando el amor sea caminata, luz,

calor entre las vértebras del paso,

cuando la muerte no tenga sentido

porque su lengua de quietud no canta,

ni acaricia, ni se entibia jamás.

 

Habrá una noche para los que quieran

amanecer definitivamente.

Julieta Dobles Yzaguirre

En mi mente

 

Cuando me encuentro sola,

solitaria en mi alcoba,

siento que estás presente

cerca, cerca de mí.

 

Y escucho tus latidos

dándome amor y aliento

como cada momento

cuando tú estás aquí.

 

Y si estoy sola y triste

pienso que estás conmigo

y siento tus caricias

vistiéndome de ti.

 

Te llevo en mis recuerdos

tu imagen va en mi mente

y aunque estés ausente

siempre estarás en mí.

Amalia Martínez Quesada

Quiero desaparecer y no morir

 

Quiero desaparecer y no morir

Quiero no ser y perdurar

Y saber que perduro

Llamo a las puertas de la muerte

Y me retiro

Llamo a la vida y huyo avergonzado

Quiero ser toda mi alma y no lo puedo

Quiero ser todo mi cuerpo y no lo logro.

Vicente Huidobro

Aquí está mi canto

 

No acecho las palabras

para que se muestren

el ardor fugaz de sus orillas

ni las enlazo

en busca de tonos sorprendentes

para gusto de los enterradores

 

las acaricio más bien

con fervor reposado

para que se disuelvan precisas

entre el sonido de mis dolencias

y canten tremolando por las calles

esta devoción

por la vida y sus deslumbramientos.

Osvaldo Sauma

Amo, amas

 

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo

el ser y con la tierra y con el cielo,

con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:

Amar por toda la ciencia y amar por todo anhelo.

 

Y cuando la montaña de la vida

nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,

amar la inmensidad que es de amor encendida

¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

Rubén Darío

Fe de errata


Confieso
-no miento-
De verás
te hamé.

Así con “h”
porque fue
un error.
Rodolfo Quintero-Noguera

Nocturno sin patria

 

Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.

Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:

la tierra es para todos,

como el aire.

 

Me gustaría tener manos enormes,

violentas y salvajes,

para arrancar fronteras una a una

y dejar como frontera solo el aire.

 

Que nadie tenga tierra

como se tiene traje:

que todos tengan tierra

como tienen el aire.

 

Cogería las guerras de la punta

y no dejaría una en el paisaje

y abriría la tierra para todos

como si fuera el aire…

 

Que el aire no es de nadie, nadie, nadie…

Y todos tienen su parcela de aire.

Jorge Debravo